miércoles, 17 de diciembre de 2008

Una vez tuve un sueño..

Una vez tuve un sueño..


Me gusta soñar, en parte porque significa que estoy dormido y a mi me gusta mucho dormir. Por otro lado, por lo regular sueño cosas divertidas, tristemente no las recuerdo todas, de acuerdo con mi hermana psicóloga, lo “sano” es no recordar los sueños, es señal de cumpliste el ciclo del sueño de forma adecuada, bueno, ese no es el punto de esta entrada.


En uno de tantos sueños que he tenido, soñé que era una especie de soldado o caballero defendiendo un castillo sitiado no recuerdo las circunstancias de modo, tiempo y lugar exactamente, en realidad son de poca importancia. Típico, habían flechazos, estocadas, gente muriendo por ahí y por allá y pues uno haciendo lo mejor que puede, en su papel de defensor.


Lo interesante fue, cuando por alguna razón que ya no tengo el gusto por recordar, debía subir por una escalera de mano, de una altura indeterminada, pero recuerdo que si era bastante alta. Una vez que llegue al final de la escalera, ya no era una simple escalera, si no un trampolín de alberca! Enserio, supongo que a mi subconsciente o cual sea que sea el responsable de generar sueños no le importa ser algo anacrónico en cuanto a su trabajo, en fin.


Una vez que me incorporé sobre la tabla del trampolín, pude ver al final de la tabla había un celular, de aquellos nokia que estaban muy de moda, por suerte estaba apagado y por lo tanto no sonó, así que no tuve que caminar hacia el y contestar, con lo que me asustan las alturas, este sueño pudo terminar feo.


Pero eso no fue lo extraño, lo extraño fue que a la misma altura del trampolín había una ventana del castillo, desde donde me encontraba podía ver hacia dentro. Dentro de la habitación, que era una recámara, se encontraba una princesa, bueno mentiría si afirmara que era LA princesa, pero digamos que así lo era, por la dificultad que encierra el tener que verificar el dato.


Al recorrer la habitación con la mirada, escuché varios pitidos, al buscar el origen de ellos, me di cuenta que venían de un microondas, si, de un microondas. La mujer que estaba dentro de la recámara se acercó al microondas y lo abrió, dentro del mismo habían nachos con queso, me ofreció comer nachos con queso, los cuales no pude aceptar, porque en ese momento desperté.

Caballero Comiendo Nachos


Epílogo: Cuando desperté, fui a la cocina y me encontré a mi madre calentando frijoles en el microondas y una bolsa grande Doritos Nachos en la barra.


Joe Camacho.

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